Los orígenes de esta raza se remontan a Irlanda a principios del siglo xviii, momento en el que fueron especialmente educados para encontrar la presa en la caza con escopeta. Aunque los Setter más antiguos de este país eran de color blanco y rojo, tras diversos procesos de selección surgió el Setter irlandés rojo. Durante el siglo xix la raza empezó a adquirir popularidad por sus habilidades para cazar y en 1882 se fundó el Club del Setter Irlandés Rojo en Dublín. A partir de entonces, el número de este tipo de perros aumentó mientras que el de la variedad roja y blanca fue disminuyendo.
